LA ATRACCIÓN Y LA IMPORTANCIA DE SU COLOR

Son conocidos los estudios acerca de cómo los colores afectan la conducta del ser humano. El color es una parte del espectro lumínico y aun no se sabe con precisión como se transforma en una energía que de manera inconsciente modula las sensaciones; lo cierto es que en el ámbito de la publicidad se usan  para hacer llegar de manera impactante al público la campaña de un determinado producto.

Desde lo psicológico hay una gran corriente que viene de décadas atrás para ayudar a través del color a estabilizar diferentes estados anímicos. Ahora bien, ¿cuál es el color que influye y estimula las expresiones eróticas? Sería ingenuo decir que un solo color es el responsable de la felicidad y armonía sexual. En  síntesis todos los colores están presentes en la vida íntima, desde la tranquilidad y paz que produce el blanco y los tonos azules o pasteles, hasta la intensidad y fuerza del naranja y del rojo.

 Concentrémonos en estos dos últimos colores, el naranja que es la mezcla del rojo y del amarillo; el primero es una fusión del amarillo y rojo, expresa la alegría, la motivación y energía básica para entrar en un ambiente en donde se propicia la posibilidad del encuentro y la reciprocidad. ¿quién cuando está enamorado/a no se refiere a este estado con entusiasmo, con determinación, como si hubiera alcanzado la luna con dos manos? De ahí la frase “ hay tres cosas que no se pueden ocultar; un hombre sobre un caballo, el sol con un dedo y el amor”. Entre más rojizo es el naranja más se asocia con el placer, con el amor, y con acciones puntuales para obtenerlo. 

Diferentes etólogos entre ellos Jared Diamonnd, han descrito como en ciertos primates, la vulva de las hembras al ponerse de color rojo, invitan a los machos a la cópula. Esto no es privativo de los mamíferos superiores; en los humanos por acción de la vaso dilatación y congestión genital también se  presenta este fenómeno. Tal vez esta sea una de muchas explicaciones de por qué muchas mujeres prefieren el color rojo y los hombres en un buen porcentaje, las prefieren vestidas de rojo.

 

El rojo es el color del fuego, de la sangre, por eso se habla del fuego de la pasión, de esa que nos quema, no solo la piel sino los sentidos, de esa fuerza incontenible que eleva la presión sanguínea y lleva a muchos a tomar decisiones que en muchas ocasiones pueden representar riesgo. El rojo es el color del erotismo, el que estimula las fantasías e invita a una comunicación  que sugiere una total intimidad. No todo se queda ahí; el color rosa, ese rojo mezclado con blanco, facilita el romance, el amor, la entrega amistosa, la feminidad por excelencia.

 

La universidad de Pennsylvania publica en un reciente estudio (2016), que los hombres se sienten más atraídos por mujeres que vistan de rojo, que tengan las uñas y los labios pintados de este color; los entrevistados asociaron el color rojo con el placer sexual.

 

El rojo es un color que produce alerta, energía. Las mujeres lo usan como una manera de destacarse en un grupo, llama mucho más la atención una mujer  vestida de rojo que una con colores pálidos. Los unos y las otras interpretan que el color rojo puede demostrar más apertura mental, unas ideas de mayor liberalidad y sin inhibiciones para el sexo. Las generalizaciones son peligrosas, no pueden asumirse que el estar vestida con un determinado color, facilitaría el acercamiento y la conquista.

 

Aunque pueden existir reacciones de orden fisiológico para preferir un determinado color, por la influencia que ejercen en el ánimo, también es posible inferir que dependemos de las influencias culturales para elegir uno u otro color; por ejemplo los colores definen y son la expresión de muchos aspectos culturales y religiosos. Hay culturas donde predominan los ocres, otras los verdes, algunas los azules etc.

 

Las cortinas y sillones rojos, adornados con dorados son típicas de los burdeles,; los colores marrones, amarillos, negros, grises y azules fuertes adornan las iglesias. El cielo se pinta de azul y el infierno de rojo.

 

Otro elemento que no se puede desconocer es la actitud ligada al color; una mujer o un hombre con un color sobrio y una actitud despampanante y atrevida puede llamar más la atención que una enfundada en un color fuerte encogida y pasiva.

 

Podemos vestirnos como queramos, con lo que nos hace sentir a gusto; en la mayoría de las ocasiones una encantadora simpleza, puede generar desde el inicio de la atracción una comunicación alma –alma, refrescante y autentica que hace posible una relación que se desarrolla en el tiempo. 


Dra. LUCÍA NADER M

PSICÓLOGA-SEXÓLOGA

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